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ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DEL CÁNCER DE PRÓSTATA EN HOMOSEXUALES

Referirse a la problemática en cáncer de próstata de los hombres de otra condición sexual es obligatoria definir lo que entendemos por minorías. Caracterizan a las minorías dos aspectos fundamentales, uno cuantitativo (las minorías son siempre menos en cantidad que las mayorías) y otro cualitativo (como dicha mayoría influye en la minoría). Este segundo aspecto es el fundamental. Si la relación entre mayorías y minorías solo fuera cuantitativa, no habría problema. Pero toda mayoría influye decisivamente en el acontecer de la minoría correspondiente. Las mayorías tienden a destruir, a despreciar, a atormentar, a la minoría que les corresponde.

¿Significa ello que el ser humano es malo por naturaleza? Muchos autores coinciden en sentido afirmativo. Maquiavelo aludía a la dualidad de la condición humana, quizás buena en origen pero mala en su contacto social. El ser humano puede ser bueno a nivel individual pero terrible cuando forma parte de una mayoría. Las violaciones en grupo, los dramas que se viven en los patios d ellos colegios, las matanzas de miles de inocentes a manos de la correspondiente minoría, incluso la sistemática eliminación de los judíos por parte del mayoritario régimen nazi, son muestras de ello.

Para Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe. Nietzsche lo resumen con su famosa frase, “El hombre, este error de la naturaleza”.

Un ejemplo de la mayoría sobre la minoría lo tenemos en el caso de Oscar Wilde, el genial escritor irlandés. Casado tuvo dos hijos con su esposa. Pero un día conoció al hijo del marqués de Quensberry, Douglas, al que él denominaba Bossie. Era tal la belleza de Douglas que Wilde se enamoró profundamente del muchacho. Creo que Wilde descubrió allí su verdadera condición sexual. Fue amante de Douglas y de otros muchachos y prácticamente abandonó a su mujer. No era un bisexual. Su relación con Douglas irritó profundamente al marqués de Quensberry que lo amenazó en un famoso escrito en que lo denominaba, a Wilde, somdomite.

Wilde, aconsejado por sus amigos, decidió denunciar al marqués. Pero, en el juicio, el abogado del marqués dio la vuelta a la demanda diciendo que Wilde cometía indecencias con muchachos jóvenes. Entonces, el presidente del tribunal pidió a Wilde que se retractara, a lo que, con una extraordinaria valentía, se negó y fue condenado a dos años de trabajos forzados en la horrible cárcel de Reading.

La mayoría no podía aceptar los llamados actos indecentes de Wilde que tan solo eran la expresión de su auténtica sexualidad.

Era el año 1895 pero hoy en día, año 2022, se suceden situaciones tan brutales como las vividas por Wilde. Palizas, homicidios, muchachos de 18-20 años apalizados por sus padres al revelar su condición sexual y expulsados de sus casas. Incluso hay una Fundación que se dedica a acoger a estos muchachos. Si Wilde levantara la cabeza, “ojalá”, se sorprendería al observar que las cosas respecto a los homosexuales no han cambiado en lo esencial.

Aquí declaramos que lo ético es ser o estar con las minorías, en sus múltiples facetas.

 

 

 

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