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Cuando la `primera ola del Covid-19 nos azotó en marzo, las autoridades, con prudencia, determinaron que algunas empresas no cerraran, por considerarse esenciales para la vida cotidiana de la Sociedad. Farmacias y supermercados fueron, con toda lógica, las primeras elegidas. Luego hubo algunas más, entre ellas los estancos para la venta de tabaco. ¿El tabaco bien esencial? La droga legal más mortal de todos los tiempos, ¿bien esencial? Pues, sí-
¿Qué pasaba? Lo siguiente: los bares estaban cerrados y no se podía adquirir el preciado bien. Muchos establecimientos regentados por ciudadanos de origen chino, también cerraron, generalmente por miedo razonable al virus. También algunos de ellos vendían tabaco. Agotadas ambas fuentes solo quedaban los estancos. ¿Era la hora de prohibir la venta de tabaco, sin más?

Como consecuencia del tabaquismo solo por cáncer mueren más de 50.000 personas/ año en España. Pero a alguien le debe parecer poco, porque los estancos siguen abiertos.

No obstante es preciso que oigamos algunas de las motivaciones para ello: 1) Los fumadores son enfermos droga adictos. No se les puede quitar sin más la droga. Es cierto, precisan procesos de deshabituación, como cualquier droga adicto. 2) Miles de puesto de trabajo dependen de la industria del tabaco. Cierto. 3) Si cerramos los estancos de golpe puede ocurrir algo parecido al desastre de la ley seca, contra el alcohol, en USA en los años 1929 al 1933. Probable.

De momento las autoridades correspondientes deben cuanto antes 1) Explicar en los medios de comunicación y en horas punta que el tabaco no es un bien esencial, muy al contrario, es la droga legal más letal de todos los tiempos; 2) Exponer que no cierran los estancos para evitar los riesgos explicitados en el párrafo anterior; 3) Reconocer que debe planificarse una auténtica lucha contra el tabaco, creando los centros de deshabituación que sean precisos, educando contra el tabaco en la primaria y a lo largo de toda la vida. 4) Recordar a Hipócrates: “Más vale prevenir que curar”. La prevención fracasa estrepitosamente en nuestra sociedad. tabaco, alcohol, comida basura, sedentarismo y obesidad campan a sus anchas enriqueciendo (no nos referimos por supuesto a los estanqueros) a unos pocos a costa de la salud de muchos.

Los políticos debe dejar de ser cortoplacistas. Su obligación es colocar en primer lugar la prevención de las enfermedades. Y, repetimos, en cuanto al tabaco, deben explicarse. Por lo menos para evitar las mofas que hacen algunos al ver como, aparentemente, el tabaco se mantiene como bien esencial.

!!!!El coronavirus no lo justifica todo!!!!

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