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NOTICIA nº 2/31, OCTUBRE (MES DEL CÁNCER DE MAMA)

PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE MAMA. EL CASO DE LA OBESIDAD DESPUÉS DE LA MENOPAUSIA

Las personas diagnosticadas de cáncer de mama (CM) se sorprenden por lo general al conocer lo poco que sabemos acerca de la manera de prevenirlo. En curioso e interesado contraste algunos profesionales y no pocas asociaciones de voluntarios escriben y proclaman machaconamente aquello de “Lo mejor ante el cáncer es prevenirlo” y a continuación suelen recomendar la mamografía, muy efectiva en el diagnóstico precoz del CM pero que, en absoluto lo evita (prevención). Lo único que se conoce con certeza en el intento de prevenir el CM son los llamados factores de riesgo.

Factor de riesgo no es la causa fundamental de un proceso, sino que contribuye o forma parte de este. En la actualidad se han detectado numerosos factores de riesgo asociados con el desarrollo del CM. Aquí vamos a ocuparnos de la obesidad después de la menopausia.

En Occidente cada vez predomina más la obesidad, que aumenta el riesgo de diabetes, cardiopatía y algunos cánceres. En las mujeres, el exceso de peso después de la menopausia aumenta el riesgo de CM.

El aumento de tejido graso que significa la obesidad hace que aumente el nivel de la hormona femenina, el estrógeno, y de insulina, que también se ha relacionado con un mayor riesgo de CM.

Pero intentar explicar la relación entre obesidad y CM no es una cuestión sencilla. Se aducen los siguientes datos: 1) El riesgo de CM aparece en mujeres que aumentan su peso ya de adultas, pero no en aquellas que han sido obesas desde siempre. 2) Es mayor el riesgo de las mujeres con exceso de grasas en la cintura que aquellas con mayor grasa en caderas y muslos. 3) Pero no queda claro si la pérdida de peso reduce el riesgo de CM.

Es una cuestión difícil de estudiar científicamente, porque no son muchas las mujeres que pierden peso después de la menopausia y, las que lo hacen, no suelen mantenerlo mucho tiempo, sino que suben y bajan el mismo según las circunstancias (relaciones sociales, problemas de pareja, etc). Por todo ello, los científicos no suelen encontrar grupos lo suficientemente numerosos de mujeres que pierdan su peso de un modo constante para observar si disminuye o no su riesgo de CM a medida que consiguen rebajarlo y mantenerse en la nueva línea.

Aparte de estas contradicciones, por supuesto que recomendamos a las mujeres posmenopáusicas que, de un modo prudente y bajo el control médico, disminuyan cualquier aumento de peso, con lo que mejorará su salud y calidad de vida y probablemente disminuirán su riesgo de CM.

A título de optimismo decirles que dentro de unos pocos días publicaremos una alentadora noticia sobre el diseño y datos experimentales de una posible vacuna en la prevención del CM triple negativo.

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