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CÁNCER DE MAMA DURANTE LA GESTACIÓN

Durante el embarazo, el cáncer más frecuente en la mujer es el cáncer de mama (CM). Al trasladarse el embarazo a los 30-40 años, coincide con un cierto aumento en este período de la incidencia del CM.

Las características patológicas del CM durante el embarazo (CME) son similares a las generales del CM. En cuanto a su diagnóstico precoz, Es importante que los ginecólogos exploran las mamas periódicamente durante la gestación y que, la propia embarazada, alerte, en lo posible, ante cualquier cambio que advierta en estas. Los medios modernos de diagnóstico local tienen una aceptable protección que permite, sin riesgo, la realización de mamografías y ecografías.

Durante el embarazo, inmediatamente después o durante la lactancia, la exploración de las mamas y su interpretación, se complica por una serie de cambios en la mama normal: 1) Las mamas suelen agrandarse, son hipersensibles y con frecuencia se advierten pequeños “bultos” en relación a las modificaciones hormonales durante la gestación, lo que dificulta la detección precoz de tumores de pequeño tamaño y 2) No es infrecuente que las mamas aumenten su densidad y, por tanto, de más difícil diagnóstico. Consecuencia de todo ello es que se suelen diagnosticar casos avanzados con mayor frecuencia que en no gestantes.

Por otra parte, es conveniente evitar ciertas exploraciones. Es el caso de la gammagrafía ósea y otras exploraciones que utilicen productos radioactivos., que puedan dañar al feto. Este es muy sensible, durante el primer trimestre de gestación, a las radiaciones (RX, TAC, etc), que puede conllevar malformaciones congénitas, retraso mental y riesgo de carcinogénesis fetal. Una radiografía de tórax, con protección abdominal, no es muy peligrosa, pero es mejor evitarla en lo posible.

En cuanto a la paciente, su supervivencia no empeora por el embarazo. La estrategia terapéutica se ve modificada en los estadios iniciales de la enfermedad. El tratamiento conservador (extirpación del tumor más radioterapia de toda la mama), puede exponer el feto a la irradiación. Por ello, o bien se elige la mastectomía (extirpación de toda la mama) o bien se practica la tumorectomía y se aplaza la radioterapia hasta después del parto. Depende de cada caso, pero, por lo general, se prefiere la mastectomía.

La quimioterapia no se aplica durante el primer trimestre del embarazo, por riesgo de malformaciones fetales.  Durante este trimestre el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal o malformaciones graves se observa, según estudios, en una cuarta parte de embarazos que recibieron quimioterapia por CM durante el mismo. Tomar la decisión de interrumpir el embarazo durante este trimestre depende del balance entre la necesidad ineludible de quimioterapia y los riesgos mencionados en caso de aplicarla.

Riesgos que se reducen a algo más del 1% de casos si se aplica quimioterapia en los otros dos trimestres.

Un caso aparte es el del tratuzumab, que se utiliza con éxito en las mujeres con CM HER 2 positivo. Es peligroso aplicarlo durante cualquier momento del embarazo, ya que puede disminuir la cantidad de líquido amniótico, lo que puede perjudicar a la gestante y al feto. Si es imprescindible su aplicación, debe vigilarse con especial cuidado a ambos.

Como se ve estamos ante situaciones complejas que requieren la atención de equipos formados por varios especialistas expertos (básicamente ginecólogos, oncólogos, radiólogos y neonatólogos).

En los casos con CM avanzado se crea una compleja situación, que debe ser individualizada. Puede interrumpirse el embarazo para tratar a la paciente o proseguirlo. La decisión corresponde a la gestante y sus familiares.

 

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