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LA TIRANÍA DEL PENSAMIENTO POSITIVO , Noticia 16/31, octubre, mes del cáncer de mama)

Doctora Tania Estapé, psicooncóloga, FEFOC

 

Sonríe o muere, reza el título del libro de Barbara Einreich, periodista que sufrió cáncer de mama y que describió su experiencia con lo que denominamos la Tiranía del pensamiento positivo. Este consiste en la presión que ejerce el entorno de la mujer con cáncer de mama (y otros cánceres, pero este mes nos centramos en este) para no expresar sus emociones más negativas ante el reciente diagnóstico de cáncer. Ser positiva, tener una “buena” actitud es un mantra que se ha convertido en un clásico ante la noticia de que alguien cercano tiene cáncer de mama.

 

La historia nos muestra un cambio llamativo en este tema. De siglos de incurabilidad que llevaban a un pesimismo lógico, en el que teníamos que animar a muchas mujeres con cáncer de mama, hemos pasado a una época contraria. Parece que no se lleva llorar, tener miedo o pensar de forma negativa. Sin embargo, los estudios nos muestran que no es nada aconsejable intentar suprimir las emociones negativas cuando:

  • Son coherentes a la situación: creemos que, a pesar de las noticies de curaciones cada vez más altas en cáncer de mama, sigue siendo una noticia que impacta de manera importante a la mujer y a su familia.
  • No se prolongan mucho en el tiempo: una reacción emocional extrema puede ser normal en unos primeros tiempos, ante la amenaza del cáncer, los tratamientos, las secuelas físicas…Sin embargo, si persiste en intensidad al cabo de mucho tiempo, entonces estamos ante una situación que conviene analizar y quizás es conveniente acudir a un profesional especializado
  • Impide activar conductas saludables: cuando un nivel de ansiedad demasiado elevado hace que la paciente deje de ir a hacerse una prueba o a una visita médica, si estaremos delante de un problema que debemos tratar de solventar.

Si no nos encontramos, como mínimo, en uno de los tres supuestos anteriores, la expresión de emociones negativas es, no solo comprensible, sino que puede ser hasta recomendable. Suprimir de forma obligada algunas formas de manifestación emocional, esforzándose a mostrar lo contrario a lo que se siente, puede incluso actuar, a la larga, como un bumerán, y volver en forma de impacto mayor contra la interesada. Es cierto que muchas veces es el entorno (familia y amigos) los que inducen a la mujer a mostrar positividad y optimismo. No hay mala intención en ello, pero a veces hay otros aspectos que se esconden bajo esta tendencia: por una parte, la creencia firme de que la actitud positiva cura, que, si una muestra pesimismo o derrota ante lo que le está pasando, más fácilmente el tumor se extenderá. Por otra parte, muchas persones no saben cómo ayudar o afrontar el derrumbe de la mujer que, en muchas ocasiones, es la más fuerte de la familia o la que siempre daba apoyo a todos. Respecto a la primera razón, la idea de que el cáncer tiene que ver con aspectos emocionales y por ello, el tratamiento tendrá más éxito si una es positiva y animada, viene de tiempos atrás, de la Sociedad misma que ante la falta de causes segures del cáncer, suele proponer aspectos más de tipo psicológico. Respecto a la segunda, es importante poder proveer a la mujer y a su familia de soporte psicológico especializado, para manejar en casa estas emociones y estas reacciones normales que llevan a veces a la desesperación. No olvidemos que una de las funciones básicas de las emociones es transmitirlas para poder recibir ayuda.

No queremos decir que la mujer debe quedarse en la pena y recrearse en su dolor. Lo que intentamos es transmitir la idea de que el cáncer de mama es una enfermedad que tiene un gran impacto emocional, y que nuestros ancestros nos relacionan de golpe con la posibilidad de la muerte y el sufrimiento. Es más adelante que la mujer puede empezar a sentirse mejor, y poner esta experiencia en su sentido de vida. Por ello sí que tenemos que insistir en que una actitud proactiva puede llevar a un mejor cumplimiento de las pautes médicas y de salud, a seguir con más rigurosidad las visitas y pruebas que están en el calendario y, en definitiva, a estar mejor una misma y los que la rodean. Pero no hay que forzar algo que no se siente, no hay que ejercer la tiranía del pensamiento positivo, sino acompañar, respetar y validar las emociones lógicas en un primer instante, tres la noticia.

 

 

 

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