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GRUPOS DE SOPORTE PARA GAYS Y BISEXUALES

Muchos hombres, gais y bisexuales (GB) desearían asistir a grupos de soporte para pacientes con cáncer de próstata (CP). Estos grupos se han demostrado una fuente muy efectiva para ofrecer información y soporte en diversas enfermedades, como, por ejemplo, en cáncer de mama. Las mujeres de otra sexualidad ya lo tienen complicado en estos grupos. Pero, en CP, se da la escasez de grupos incluso para heterosexuales (HS).

GB que han intentado formar parte de un grupo de HS, lo han tenido complicado. Por ejemplo, con frecuencia la esposa o pareja del heterosexual los acompaña, o bien la relación del grupo respecto a la pareja femenina es muy frecuente. Los GB se ven bastante coartados para expresarse y, más aún, para acudir con su pareja. ¿Y cómo afrontar la muy frecuente discusión acerca de las relaciones sexuales?

Muchos opinan que lo mejor sería acudir a grupos de soporte solo para GB. Esto está por ver, dadas las enormes dificultades previas incluso para crear grupos de soporte para HS en CP.

Investigaciones diversas muestran que, por sus reacciones emocionales y los efectos secundarios de los tratamientos, los GB sienten mucha vergüenza, estigma e incomodidad cuando tienen CP. Vergüenza y estigma que parte del sufrimiento por experiencias homofóbicas y discriminaciones previas. El CP alterará su propia autoestima y la relación con su pareja (espontaneidad, rechazo, depresión y ansiedad).

Por todo ello, un gran desafío para ellos es encontrar urólogos, radioterapeutas y oncólogos educados en la gran complejidad sensitiva a que se enfrentan los GB con CP. Y grupos de soporte adecuados, en los que se cree un ambiente seguro, confidencial, comprensivo y libre, en el que los GB puedan expresar y discutir su orientación sexual, estilo de vidas, aspiraciones y proyectos.

CASO: Después de la radioterapia para tratar mi cáncer de próstata, aunque disminuida, mantuve algo la erección. Tengo 58 años. Me sentía muy deprimido. Mi compañero me encontró un grupo de soporte. Se reunían entre 10 y 15 personas, según los días. Muchos iban con su mujer. Era un grupo de heterosexuales, pero no encontramos ningún grupo de soporte para Gays o Bisexuales. Fui solo. Invité a mi compañero, pero dijo que no se atrevía a manifestar su condición sexual en público. Esto me conllevó no pocos inconvenientes. Había un psicólogo que era como el coordinador. Me invitó a presentarme. Cuando llegó a si tenía pareja, dije que era soltero y sin compromiso. Por dentro me sentí avergonzado. Además, lo que interesaba a los presentes era la curación, el PSA y si orinaban bien o no. Esto último es lo que más les preocupaba. Pero el sexo parecía no existir. Al poco lo dejé.

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