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El retorno al trabajo (I). Noticia 22/31, octubre, mes del cáncer de mama

El retorno al trabajo después del tratamiento por cáncer de mama (CM) es un tema muy importante, tanto desde el punto de vista de la afectada, como desde el punto de vista económico y el social. No está resuelto y de hecho está sujeto a investigación. Autores como Martina E. Schmidt y colaboradores, UNUM (importante entidad aseguradora para estos casos), Vicente y cols, Aguiar-Fernández y cols, Arfi y cols y la propia FEFOC han dado y vienen prestando gran dedicación a este tema.

Hace unos pocos años, FEFOC llevó a cabo una encuesta con más de 400 mujeres tratadas por CM. El 23% declararon problemas laborales (despido, pérdida de la promoción, paso a un trabajo inferior, mobbing).

Es evidente que la acritud de la empresa o del empresario es fundamental para facilitar la reincorporación. Según Vicente y cols, en España solo un 53% de trabajadores vuelven al trabajo, con lo que la pérdida social es tremenda.

¿Por qué es tan importante volver al trabajo? Hay, por supuesto, razones financieras, pero quizás aún más importante es el hecho de recuperar una plaza, de ser tenida en cuenta. No solo en la empresa sino, especialmente, en la sociedad. Una vuelve a ser actriz de su existencia. Es volver a poner los pies sobre la tierra. Pero hay que prepararse muy bien. Volver a trabajar es debutar en una nueva experiencia.

La expaciente puede sentirse desplazada, sea por que la propia empresa haya evolucionado durante este tiempo y que, a su vez, la expaciente, también haya experimentado cambios interiores y exteriores secundarios al impacto de la enfermedad y del tratamiento.

EL CM puede modificar la imagen que cada uno tiene de si mismo, las actitudes y prioridades vitales, lo que se pensaba y ahora se piensa respecto al trabajo. Ha habido un antes y un después. El sentido de la vida puede haber cambiado.

Las repercusiones físicas de los tratamientos y la enfermedad pueden pesarle, en forma de fatiga que se puede hacer crónica, menos capacidad de concentración, menor fuera y más lentitud en la realización de algunas tareas.

Según Arfi y cols lo que complica más el retorno al trabajo son algunos de los siguientes problemas: haber recibido o estar recibiendo quimioterapia, la extensión de la enfermedad, siendo peor cuando más avanzada sea, síntomas depresivos, linfedema, bajo nivel educativo y edad joven.

Desde el punto de vista de calidad de vida, esta es peor en las que no pueden retornar al trabajo, con más problemas financieros, cognitivos y fatiga que las que si lo consiguen.

Hablamos de todo ello con algunos empresarios. La mayoría dijeron con toda franqueza que la productividad es el centro neurálgico de las empresas. Y que difícilmente, opinaban, la podrían mantener estas personas. Algunos, menos, estaban dispuestos a adaptarse a la nueva situación.

¿Cómo te recibirán los demás? Tu lugar de trabajo, ¿estuvo desempeñado por otra persona en tu forzada ausencia? Si es así, ¿Qué pasará ahora con ella o él? Por otra parte, la recepción suele ser embarazosa para tus compañeros. La mayoría suelen intentar disimular, intentar tratarte como antes. Otros se verán incómodos, sin saber que actitud tomar.

Pero los empresarios deberían optar por la actitud ergonómica (adaptar el puesto de trabajo al trabajador y no el trabajador al puesto de trabajo), que, además de humanitaria y comprensiva, es también rentable porque evita la destrucción de muchos lugares de trabajo desempeñados por personas con gran experiencia. Deben proporcionar los cambios necesarios que faciliten el trabajo a distancia para estas pacientes o la modificación de los lugares de trabajo, no solo para evitar, de lo que hablamos más adelante, el posible contagio con Covid19, sino para mejorar la accesibilidad de las pacientes. Hay que tener en cuenta su fatiga y su posible lentitud. Es bueno que estén cerca de ventanas que les permitan airearse periódicamente. Y hay que concederles los permisos que sean necesarios para tratamientos o analíticas.

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